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Período de la Escuela de Bellas Artes en París, siglo XIX

  • Espaciar Studio
  • 25 ene 2020
  • 4 Min. de lectura

Hipótesis a manejar: Los lenguajes arquitectónicos evolucionan en una reinterpretación histórica constante buscando la gloria nacional en Europa.


El periodo que empezó a vivir la humanidad con la revolución industrial tuvo un cambio sin precedentes en la forma de habitar de los humanos. Derivados de una nueva relación con el entorno y la naturaleza, la audacia humana pudo empezar a conquistar nuevos campos antes impensados. Mientras la vida se mudó del campo a la ciudad para ser parte de: una vida obrera o de una vida aristocrática. Esta segunda es la que nos enfocaremos en este texto.


La clase burguesa recién creada se unió en la cúspide del poder con los gobernantes y monarcas de las naciones en una construcción de unas ciudades bellas e ideales. En Europa, las revoluciones y guerras desarrolladas durante el siglo XVIII dejaron dispuesto el tablero para que la magnificencia y lo ostentoso sean los referentes de los imperios y de la clase acaudalada.


Dentro de este marco, tuvo un importante protagonismo la Escuela de Bellas Artes de Paris, oficialmente instaurada como tal en 1816, antes denominada la Escuela Real de Arquitectura, fue un importante condensador de pensamientos arquitectónicos que reflejan el pensamiento de una época y las bases de la arquitectura que empleamos hasta nuestros días. La importancia de esta escuela radica en los arquitectos e ingenieros que fueron docentes, alumnos y críticos; quienes desarrollaron un pensamiento lleno de vertientes que son necesarias para entender la arquitectura del siglo XX.


Las ideas de composición, distribución, disposición y partido son un primer aporte a analizar. Desde Jean Louis de Cordemoy que empieza desafiando los tres principios vitruvianos (venustas, firmitas y utilitas) por unos nuevos: orden, distribución y bienestar. Siendo parte de una evolución de pensamiento que busca una simplificación estética, configurativa y proyectual. Este pensamiento sigue con Charles Percier y su entendimiento del rectángulo como elemento compositivo y tectónico inspirando a nuevos arquitectos como Joseph Clemence y Andre-Marie Chantillon quienes emplearon al rectángulo con atributos de pureza y simpleza dentro de sus composiciones. Al hablar de simplificación también podemos hablar de tipificación y del trabajo del arquitecto J.N.L Durand quien emplea los rectángulos, la grilla y la modulación tipológica para simplificar y dar soluciones oportunas y económicas a diferentes complejidades.


Entrando en un campo más subjetivo, se comienza a emplear en estos procesos el termino parti o partido, refiriéndose a la intelectualidad del diseñador y como designa conceptualmente las composiciones espaciales, este término lo empieza a manejar Antoine-Chrysostome Quartremère en sus textos de finales del siglo XVIII e inicios del XIX. Arquitectos como él argumentan que la arquitectura es un paisaje de masas construidas y de espacios interiores que guardan relaciones directas con como las personas van a percibir estos espacios y como estos generan sensaciones variadas en quienes lo a habitan a través de los sublime. Podemos mencionar aquí también la obra teórica de Etienne-Louis Boullée.

El historicismo es un tema recurrente en la escuela recibiendo varias posturas e interpretaciones. El principal énfasis fueron la arquitectura griega y gótica, ambas interpretadas siempre desde una postura constructiva y subjetiva. De nuevo Quaretremere fue muy explícito en su postura que la arquitectura griega era la arquitectura ideal, poniendo de ejemplo al tempo dórico como una obra con un carácter fuerte pero no confuso. Arquitectos como David Leroy publican textos donde recurre que el ideal de arquitectura es el empleado por la antigua Grecia, pensado que su conformación tectónica se justificaba con un ideal de civilización, es por esto que vemos esta constante copia de las tipologías griegas partiendo de los órdenes y de todos sus elementos para desarrollar este ideal de una gran arquitectura. Esta arquitectura fue ideal para representar el imperialismo de las naciones europeas, trascendiendo a Francia y empleada por otros arquitectos como el arquitecto Schinkel que hace uso de este lenguaje romántico griego con firmeza en obras importantes en Berlín mezclándolo con las ideas tipológicas y modulares de J.N.L Durand.


Pasando al empleo del gótico, Jáquez-Francois Blondel menciona que los elementos conformando el interior de una edificación deben ser parte de un sistema continuo cuyas vistas evoquen lo sublime, esta interpretación podemos verla expresada en las construcciones góticas que permiten el ingreso de luz a través de su estructura de arcos ojivales de gran dimensión que producen esa sensación de sublime en su composición; pero el énfasis en verdad se hace en como la configuración total interna logra esto expresada estructuralmente. Aquí cabe destacar la figura de Henri Labrouste quien sacrifica la idea romántica de disposición, o “marché”, de la escuela por su idea que debe primar un sistema estructural integral y que este sea el elemento principal dentro de la composición. En su obra de la biblioteca Sainte-Genevière, Labrouste ejemplifica la solución de una necesidad espacial resuelta a través de una gran estructura y que dispone a partir de la misma el resto de elementos espaciales del proyecto, conteniendo la ornamentación en su composición estructural. Siguiendo esta misma postura también tenemos a Violeta Le-Duc, él piensa el proyecto arquitectónico como el globo terrestre donde todas sus partes están ahí por una razón y siendo parte de un sistema que soporta todo y allí está la esencia de la arquitectura; esta inspiración en la naturaleza no es nueva en esta época, Etieme-Louis Bondell y A.L.T Vaoudoyer también lo expresaron en su pensamiento; pero Le-Duc fue quien lo llevó a una realidad tectónica, buscaba desarrollar este gran espacio característico del siglo XIX y le dio forma en su hall abovedado, cumpliendo su ideal que una necesidad espacial debe ser resuelta con una estructura que forme un gran organismo.


Este corto texto introductorio busca situar las ramas de pensamiento dentro de la Escuela de Bellas Artes durante los siglos XVIII y XIX, se han mencionado unos actores importantes que ayudarán a situar la búsqueda de las tipologías arquitectónicas que pueden resolver la hipótesis planteada. Y principalmente enlazar estas tipologías con su conexión con los pioneros del movimiento moderno quienes, en una constante reinterpretación, han moldeado la arquitectura hasta nuestros días.

 
 
 

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