¿Que tiene que ver la arquitectura con la comunicación?
- Espaciar Studio
- 14 ago 2019
- 4 Min. de lectura
¿Qué entendemos por comunicación?
El significado más antiguo de esta palabra puede resumirse como la transmisión de ideas, informaciones y actitudes de una persona hacia otra.
¿Es tan simple la idea de comunicación?
No, por que cada transmisión de conocimiento, actitudes e información está cargada de otros significados, que cuando estos impulsos llegan al receptor se trasforman en otro significado, con otros signos y así sucesivamente.
¿Y que tiene que ver esto con la arquitectura?
La comunicación ha sido durante siglos el motor de los cambios más vanguardistas en las ciudades. En la revolución industrial la máquina de vapor supuso no solo un avance en la producción en masa de varios productos; también significó una avance en el transporte con las locomotoras. Este avance desembocó en nuevos planteamientos de cómo se debían desenvolver las ciudades y los asentamientos humanos de todo tipo. Un ejemplo de esto son las ciudades exclusivas para obreros cerca de las fábricas, con líneas de ferrocarril que los conecten con el resto de la ciudad; otro ejemplo es la ideas de una ciudad lineal, desarrollada en paralelo a una vía rápida de locomotora como la planteada por Arturo Soria en la ciudad de Madrid en 1885.

Imagen 1: Ciudad Lineal Arturo Soria
Estas nuevas forma de entender las ciudades las volvió dinámicas y fomentó la elaboración de nuevos programas, nuevos espacios para un comunicación inmediata y frecuente de personas; así mismo los espacios de las ciudades se fueron moldeando para permitir a las máquinas transitar, ¿Cómo no pensar en una ciudad como la Villa Contemporánea en los años 1920, cuando a través de las máquinas se transmitía la idea de: progreso, unión, pureza? Todos estos mensajes transmitidos dentro del modernismo fueron acordes a su momento, pero de manera irónica, siguen siendo vigentes en la actualidad.
¿Pero cuál ironía? Lo cierto es que actualmente los avances tecnológicos dan pasos agigantados en períodos muy cortos, un entorno tecnológico de hace 10 años no tiene sentido; pero que estamos proponiendo los y las Arquitectas. Las ciudades y la arquitectura están lejos de proponer un avance sociológico y humano junto a la tecnología. Un ejemplo son los volúmenes imponentes empresariales dentro de las ciudades y pequeñas villas extramuros suburbanas.
Sabemos que la idea de estos volúmenes imponentes empresariales viene de ¨la corona de la ciudad de Taut¨, que involucró a grandes arquitectos como Gropius, hablaba de estas edificaciones que buscan el espíritu de los asentamientos humanos y que fomentaban a engrandecer su espíritu y generaban espacios que identificaban a esas comunidades. Sin embargo Actualmente, e irónicamente desde alrededor de 70 años, esta corona de la ciudad se volvió gracias al auge del Estilo Internacional y de la cultura estadounidense en la imagen de la torre corporativa como esa imagen de las ciudades icónica. Abandonando el espíritu de las primeras vanguardias del siglo XX que ponían a la vivienda colectiva como esta corona de la ciudad. De aquí la idea de ironía, seguimos proyectando como hace 70 años, mientras la tecnología actual cambia constantemente, la investigación arquitectónica da pequeños pasos en generar una conexión con este avance en la sociedad.

Corona de la Ciudad Taut (interpretación)
La sociedad actual tiene una relación innegable con la comunicación, los celulares, tablets, internet y redes sociales cambian las condiciones y relaciones de espacio/tiempo; por lo que se vuelven anticuados los viejos discursos arquitectónicos. Los y las arquitectas al momento de diseñar están generalmente más concentrados en desarrollar un lenguaje formal y en los viejos paradigmas desarrollados por arquitectos como: Le Corbusier, Mies van der Rohe o Louis Kahn; pero pierden su contenido investigativo social para entrar solo dentro de un discurso de formas. Muy pocos arquitectos/as hablan de una arquitectura que entre en consonancia con una sociedad tan cambiante, dentro de este mundo tecnológico se conforman con poner a los edificios wi-fi o jugar con la domótica dentro de espacios que siguen oscilando en conclusiones formales desarrolladas hace ya casi un siglo.

Ron Herron’s 1966 pneumatic ‘Seaside Bubbles’
La comunicación junto a la arquitectura no debería sólo hablar de cómo vender un proyecto, debería entender las complejidades humanas que van moldeando las arquitecturas y qué mensajes transmiten los espacios donde habitamos. Por ejemplo los estudios pos-ocupación son escasos dentro de la cultura arquitectónica, al ser repetidores de imágenes y de formas nos contentamos con ver la obra terminada y no se documenta qué ha pasado con estas arquitecturas después que la figura del arquitecto ha desaparecido.
El archigram por ejemplo en 1960 se dedicaron a investigar arquitectura especulativa soñada que con tecnologia, arte y crearon espacios increibles, espacios subrealistas que exploraban nuevas posibilidades urbanas, un ejemplo actual es Flores & Prats que desarrollan un estudio de cómo su edificio 111 en Terrasa es ocupado y moldeado por sus habitantes. Estudios de arquitectura se dedican a mapear espacios públicos dentro de la ciudad de Madrid para entender los comportamientos humanos que se modifican por el alcance de las redes Wi-Fi, para buscar soluciones espaciales y plantear programas urbanos acordes.
Estudios de cómo las redes sociales y sus componentes de búsqueda (como hashtags) crean un mundo arquitectónico virtual donde las personas se comunican y generan encuentros y relaciones humanas que afectan al comportamiento en las comunidades. Material editorial como ELEMENTS de Koolhaas que investigan que comunican los diferentes elementos que comúnmente están dentro de la arquitectura y afectan nuestras vidas con diferentes lenguajes comunicativos.
Estos son pocos ejemplos de nuevos modos investigativos que las y los arquitectos deberían seguir aplicando. La arquitectura es dependiente y en esa dependencia con varios actores se generan avances de conocimiento que dignifica la vida humana contemporánea; pero necesitamos estos pensamientos en las escuelas, fomentar estas investigaciones, estos cruces y estos cuestionamientos sociales y tecnológicos que nos dan herramientas para generar comunidades y entornos accesibles, dignos y acordes al momento que vivimos y a los que vendrán. En lo formación arquitectónica es donde más tenemos que aplicar estos conceptos que nos permita salir de un mundo subjetivo de arquitectos/as para arquitectos/as.



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